"Después de mucho tiempo que el Señor me había hecho ya muchas de las mercedes que he dicho y otras muy grandes, estando un día en oración me hallé en un punto toda, sin saber cómo, que me parecía estar metida en el infierno. Entendí que quería el Señor que viese el lugar que los demonios allá me tenían dispuesto, y yo merecido por mis pecados. Ello fue en brevísimo espacio, pero aunque yo viviese muchos años, me parece imposible olvidárseme".
(Teresa de Ávila)